jueves, 13 de noviembre de 2014

Canoeing, Portuondo y Gaztelugatxe

Una de las cosas que he notado del País Vasco es que tiene ríos por todas partes, en Arrasate hay un río, el Donostia hay otro, en Bilbao otro y por todo el camino a donde sea que vayas te encuentras muchos ríos. Esta vez fuimos a hacer canoeing, kayaking, canoa, cayuco como lo quieran llamar a un río q no tengo ni la menor idea de cómo se llama, en google maps aparece como Mundakako Itsasadarra; en fin, solo se que fue un paseo totalmente fuera de lo normal, llegamos al "Urdabai Bird Center" en autobús, y de allí tomamos el río hasta Mundaka.


Fue un recorrido que poco le faltó para las dos horas (siguiendo toda la línea roja), al principio el río (o como dicen mucho por aquí la ría) tenia un terreno más bien pantanoso, poco profundo y con mucho fango en las orillas. Conforme fuimos acercándonos al mar, el río se fue ensanchando y el agua haciéndose un poco más clara.
Desde el kayak tenés un panorama totalmente diferente que no obtienes desde ninguna carretera, cerca de donde pasa el río está el Castillo de Arteaga y se deja ver con un fondo de montañas verdes increíble, sacado de cualquier película épica.
Conforme seguimos bajando llegamos a un astillero, que no se si aún fabrican barcos pero la cosa es que estaba allí, ya aquí teniamos agua totalmente transparente que hasta nos dejaba ver el fondo, que no era más de 2 metros, eso si que con lo helada que estaba el agua, volcar el kayak o tirarse a bañarse no era para nada una opción.

Luego que terminamos esto, ya era hora de almorzar así que nos fuimos a Portuondo para comer un almuerzo totalmente vasco. Debo confesar que ha sido uno de los mejores almuerzos que he tenido en mi corta vida, y uno de los pocos (por no decir el único) tan variado, estaba compuesto por: jamones y quesos como entrada, ensalada, un hojaldre de langostino y mariscos, un filete de merluza a la plancha, un lomo tal como lo deben preparar en el cielo porque no hay carne tan deliciosa como esa, y para terminar una variedad de postres increíble. Sin dudarlo que la cocina vasca tiene una excelente y variada oferta, creo que después de un año viviendo aquí me hará falta probar todavía más variedades.



Para terminar el día que había sido totalmente productivo, fuimos a San Juan de Gaztelugatxe, un lugar que me han recomendado todas las personas de aquí desde el día que puse un pie en Mondragón. Es un islote con una iglesia antiquísima en la cima, hay que subir unas cuantas escaleras para poder llegar hasta allí, lastimosamente las escaleras están en obras de reconstrucción y no pudimos llegar, eso sumado que a la hora que llegamos ya no había mucha luz de día (era pasadas las 6pm) así que tocará regresar en un futuro.

Todo esto fue hace un par de semanas, pero entre tareas y exámenes no me había quedado tiempo de escribirlo, hay que mencionar que se supone que he venido a estudiar... pero como para todo hay tiempo, también hay que ir por allí conociendo un poquito. Ya para terminar, no me canso de decir ¡que bonito es el País Vasco!