miércoles, 15 de octubre de 2014

Veleando en Hondarribia

Nuevo mes... nuevas aventuras... esta vez fuí a Hondarribia que es el pueblo fronterizo con Iparralde (Francia) a un curso express de velero, con los chicos del servicio de deportes de la universidad.

El plan original estaba pensado para hacer las actividades el sábado, pero por adversidades del clima
no pudimos hacer el curso ese día y lastimosamente nos lo dijeron hasta que ya habíamos llegado... así que ni modo tocó regresarse a casa solo con las ganas. De paso aprovechamos para conocer un poco del pueblo dando una vuelta por el centro, es un pueblo muy bonito con casas muy peculiares, que se distingue claramente en las ventanas coloridas y la forma de ellas.

Cuando nos dijeron que por el clima estaría mejor al día siguiente estaban totalmente en lo cierto, ¡fue un día excelente! si bien es cierto se sentía un poco fresco (comparado con El Salvador) hacía mucho sol y mucho viento, era justamente el día perfecto para estar en la playa.

Luego de un par de instrucciones básicas sobre las partes del barco, ¡nos metimos al mar! el agua estaba muy helada, pero como la idea era no volcar... ya tenía una motivación más para hacer las cosas bien. Íbamos en el barco con tres monitores, las que empezaron a maniobrar con el barco para sacarlo de la orilla para poder ir esquivando barcos que estaban anclados allí.

Una vez estábamos en una zona más libre, gracias al viento que hacía el barco empezó a tomar una buena velocidad, y eso que la vela estaba un poco recogida para hacer mas maniobrable el barco. Conforme se iban haciendo las maniobras nos iban más o menos indicando como se hacía y por qué. Así poco a poco nos fueron delegando funciones a los tres aprendices que íbamos en el barco. Inicialmente tomé el timón y luego de un par de errores ya le fui agarrando la onda, en los veleros para ir a la izquierda hay que mover el timón a la derecha... he allí el porqué de mis confusiones.

 Algo muy interesante fue que por la cercanía con Francia, pase hacia aguas francesas unas 20 veces en ese rato, y sin mostrar un solo documento jaja. Para poder probar un poco de todo, fuimos rotando de posiciones, llevando el timón, la vela mayor y la génova... cuando el instructor vio que ya habíamos
agarrado práctica le pidió a las monitores bajar del barco... ¡y nos dejaron velando a los tres solos! Nos llegó la hora de la verdad, había que aplicar los conocimientos de ese ratito y saber hacerla para no volcar.

No nos fue tan mal, ese rato me tocó ir manejando la vela mayor así que yo manejaba la velocidad del barco :) ¡super emocionante! hicimos un par de giros y logramos coordinarnos bien entre los tres para lograr hacerlo bien. Ya luego llegó la hora de salir y de entregar los mandos del barquito.

Fue una experiencia fuera de serie, algo que no se hace todos los días y sobre todo el excelente clima que estaba haciendo, me ayudó para olvidarme un poco del frío y la lluvia. Como siempre termino diciendo luego de conocer algún lugar nuevo ¡que bonito es el País Vasco!

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