6:20 am... suena la alarma
6:25 am... el tren anuncia su siguiente parada en Colonia
6:28 am... me arrastro fuera del tren, hay que cambiar
7:15 am... anuncian el retraso del tren a Bruselas (debimos haber salido a las 7:10)
7:25 am... aparece el tren a Bruselas
9:00 am... me arrastro fuera del tren en el mayor estado zombie que he tenido en mi vida

Así después de quince días viajando se me ocurrió la brillante idea de viajar en un tren de noche, en el que si dormí 3 horas es decir mucho, llegué a Bruselas un poco desorientado y perdido. Buscando una oficina de turismo pues estaba cerrada y nos tocó aventurarnos a puro maps.me fuera de la estación para empezar a ver lo que queríamos de la ciudad.
Salimos de la estación buscando algún lugar donde conseguir un mapa o direcciones y por lo visto salimos del lado equivocado de la estación, porque todo era oficinas y edificios que por ser sábado estaban cerrados.

Luego de caminar por un buen rato llegamos a la Iglesia de Notre Dame de Laeken, aquí tomamos un descanso y al ver que no llegabamos a ninguna parte y que todo estaba cerrado nos regresamos a la estación central, con la esperanza de encontrar que hacer. Ya aquí conseguimos un mapa y salimos por tranvía camino al Atomium.
Realmente el Atomium estaba muy lejos, era paja que llegábamos a pie, pero bueno ya una vez allí la respectiva foto, intentamos entrar pero había una fila larguísima para comprar las entradas y otra todavía más larga para entrar, así que decidimos regresar al centro a buscar algo de comer.

Claramente nos equivocamos de salida de la estación central, al salir por el otro lado había mucho más que ver y donde comer. Al ser Bélgica la cuna de las papas fritas, era impensable comer otra cosa. Huyendo un poco de la lluvia compramos unas papas con un panini, y he de admitir que las papas tenían una textura muy distinta a la que conocía.
Después de dar un par de vueltas por las Plazas y el palacio, llegamos al Manneken Pis, la escultura más famosa de Bruselas, que es simplemente un niño haciendo pipi hacia la fuente, de esas abundan en El Salvador, así que supongo que será imitándola... la verdad me pareció muy extraño.

Luego de ir al hotel a descansar un rato (teniendo en cuenta que solo había dormido como 4 horas) había que conocer un poco la ciudad por la noche, el recorrido fue casi que el mismo que el del día pero la iluminación te cambia totalmente la perspectiva.
Una pena que no logré ver mucho más de Bruselas, realmente me quedé con ganas de pasar más tiempo allí pero el cansancio ya me estaba matando así que tocaba regresar no muy tarde para recuperar fuerzas y prepararse para el viaje del día siguiente... Brujas!