sábado, 16 de febrero de 2013

Segunda Parada: Navidades en París

Llegué a París el 24 de diciembre al mediodía, ya luego de lograr encontrar como salir del aeropuerto y llegar a mi hotel me decidí a dar una vuelta por la ciudad. Por toda la ciudad me moví en el metro, que la verdad no era tan moderno como el de Madrid o el de Barcelona pero esta muy bien distribuido y se puede llegar a casi cualquier lado en él.
Primero me fui a la Catedral de Notre-Dame pero estaba llenísima por la misa de Nochebuena, luego de entrar y no entender ni media palabra de lo que decían, empecé a ver todo lo que tenia la iglesia por dentro, quedé impresionado con lo grande que era y tenía unos candelabros super bonitos, y las campanas sonaban increíble.
Luego me fui a la Torre Eiffel, hubo un punto en que me paré justo frente a ella, me mordí el labio y me dolió así que no era un sueño... creo que hasta ese momento me cayó el 20 que estaba en París... no podía creérmelo .. pero si allí estaba y hacía un frío! pero estaba increíble.
Cada hora se encendían luces sobre toda la torre que parecían hormigas luminosas, no logré sacar una foto de ellas pero si se veía super chivo. Tenía pensado subirla esa noche pero hacía mucho viento y habían cerrado la parte de arriba, solo se podía subir a la mitad y pensé mejor regresar al día siguiente, pero todos los días que estuve en París estuvo cerrada la punta, me tuve que conformar con subir hasta la mitad, se me ocurrió subir por las gradas.... y allí me di cuenta que mi condición física es nula o casi nula jajaja luego de las setecientas y algo gradas sentía que me moría.

Luego me caminé todos los Campos Elíseos, seguramente llevaba una cara de asombro por todo aquello porque de verdad que estaba casi que hipnotizado al darme cuenta donde estaba, la decoración navideña era preciosa, cada cierto tiempo los arboles se encendían y apagaban y al ver toda la avenida daba la impresión como si algo se movía, al llegar al Arco del Triunfo ya era casi medianoche, y pues ya me puse un poco sentimental con eso de estar solo para navidad, pero bueno estaba en París no me podía quejar tanto.

Al día siguiente como ya era 25 de Diciembre y la mayoría de museos y lugares estarían cerrados me fui en plan de ver sitios abiertos, subí la Torre Eiffel, lo que dejaban porque la punta estaba cerrada por viento, la Plaza de la Concordia, el mercado de Navidad de los Campos Elíseos (que ahora si estaba abierto) aquí me comí un verdadero crêpe francés, en eso dando vueltas aquí y allá se me pasó el día, por la noche fui a la Basílica del Sagrado Corazón, para la cual me tocó subir una cantidad descomunal de gradas y sumado a todas las que había subido para la torre, mis piernas se empezaban a resentir pero valió mucho la pena subir hasta esa Iglesia, no sé que tenía pero se sentía una presencia super bonita, me gustó mucho.

Ya a la mañana siguiente tenía que aprovechar para ir a todos los lugares que habían estado cerrados un día antes porque ya iba a ser mi último día completo en París, así que me fui al Arco del Triunfo pero no estaba abierto, creo que porque era muy temprano, asi que me fui de una sola vez al Louvre, wow no estoy seguro si es el museo más grande del mundo, pero por Dios me tomó unas 6 horas y no vi quizas ni la mitad, y no es que sea todo un aficionado al arte que iba a tomarme el tiempo de ver con detenimiento cada pieza, me detenía a ver las que se veían bonitas o las que de una u otra forma recordaba haber visto en mi vida. Luego de ver a La Gioconda, La Venus de Milo, piezas de los faraones egipcios, obras griegas, romanas, ya me sentía cansado de tanta cultura así que me fuí a las Catacumbas de París.
Cuando llegue a las Catacumbas ya no admitían gente porque era demasiada la que había (y eso que llegué 2 horas y media antes que cerraran) asi que ni modo, me fuí a la Plaza de la Bastilla y aproveché para subirme a un... lo llamaré juego mecánico, que me inyectó la adrenalina que necesitaba para lograr terminar semi-vivo ese día.

Se llegó el día en el que me tenía que regresar, pero mi tren hacia Turín salía hasta por la tarde, así que aproveché para dar una última vuelta por la ciudad y hacer el intento de entrar a las Catacumbas de Paris, luego de hacer hora y media de fila y aguantar una gran tormenta, me dí cuenta que si entraba no lograba almorzar y tomar mi tren, así que decidí con todo el dolor de mi alma dejarlo para la próxima visita que haré a Paris (primero Dios no dentro de mucho). Aprovechando que aún tenía tiempo, busqué comida francesa de verdad, terminé en un restaurante cominedo un 'saucisse de toulouse' deliciocísimo, luego salí por mi mochila y corriendo a Gare de Lyon porque ya iba algo ajustado con mi tren... y por situaciones adversas del destino me dejó mi tren que me llevaba a Turín... que era el último que saldría hacia allá ese día, en ese preciso instante que ya no me dejaron subirme al tren (porque no había salido, pero ya dijeron que no iba a tiempo para subirme) entré en crisis, pero bueno luego de cambiar mi billete y encontrar donde dormir ese día extra en París me dije "si no me pasaran cosas así, no sería una aventura".

Aprovechando la noche extra, fuí a un barrio de París al que no había ido, fui a la casa del Alquimista Nicolas Flamel, a la calle que lleva su nombre y a la calle de Pernelle su esposa, también fuí a ver la Linea Telúrica de Nôtre-Dame, talvez esto les suene a locura, pero es sobre la saga de libros que estaba leyendo en ese momento (la pueden ver aquí) así que al final de cuentas había que sacar algo divertido de la regada que hice temprano. Al día siguiente me tocó levantarme muy temprano ya que mi tren salía a las 6:30am para Turin, donde me dirigía a la siguiente parada de esta aventura....

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